El Parque Nacional de lriqui se extiende desde el lecho seco del Oued Draa hasta el borde sur del Anti-Atlas. Un vasto espacio desértico que se extiende al oeste de Mhamid Al Ghizlane y que es compartido por las provincias de Zagora y Tata. En el centro del Parque se encuentra un gran lago seco, el lago Iriqui, que se llena de color durante la estación húmeda, constituyendo así un lugar de parada e invernada para varias aves migratorias.
Entonces, el Parque se creó en 1994 en una superficie de 123.000 ha, con el fin de preservar la zona húmeda que allí se encuentra y también para reintroducir especies del desierto extinguidas.
El atractivo de los paisajes y el rico patrimonio cultural confieren a este Parque un importante potencial ecoturístico, convirtiéndolo en un lugar de aventura y descubrimiento.
Una biodiversidad considerable
El Parque Nacional de lriqui alberga una fauna rica y variada: gacelas dorcas, ovejas de puño, hienas, fenecos, avutardas hubara… pero también reptiles como el ceraste, el varán, el camaleón, la salamanquesa y diferentes tipos de serpientes, así como algunas especies extintas introducidas como el orix, el addax y el avestruz de cuello rojo.
Durante la estación húmeda, el lago Iriqui es visitado por muchas aves migratorias como los flamencos rosados y las garzas reales.
La vegetación está representada por una estepa arbórea y tamarix.
Exploración de una naturaleza virgen
El Parque Nacional de Iriqui está lleno de lugares aptos para el senderismo y el trekking. Así que, en medio de una naturaleza preservada e inmersa en paisajes pintorescos, aquí tiene 6 actividades que debe practicar para aprovechar el potencial del Parque:
El Parque Iriqui es accesible durante todo el año. Sin embargo, los visitantes que busquen espectáculos salvajes preferirán la estación húmeda. Se recomienda encarecidamente ir acompañado de un guía local y respetar imperativamente la biosfera.
Además de turistas y aventureros, el Parque recibe huéspedes de otro tipo, que contribuyen a la riqueza del lugar. Se trata de familias de pastores que practican con orgullo el nomadismo durante todo el año entre Figuig, Draa y Tan Tan, contribuyendo así a mantener los vínculos ancestrales entre el hombre y el difícil entorno presahariano.
Durante la estación húmeda, la zona que rodea al lago Iriqui es más rica y se convierte en el principal lugar de pastoreo de los rebaños de estas tribus nómadas, cuyo encuentro constituye un rico momento humano de descubrimiento, intercambio y puesta en común.