En medio de la meseta de Marha, entre Goulmima y Erfoud, se encuentra una de las joyas del arte contemporáneo arquitectónico: la escalera celeste, la espiral de oro y la ciudad de orien. Se trata de tres esculturas monumentales construidas por el artista hanssjörg voth, llamado por los locales el alemán.
En medio de la nada y durante más de 20 años, el artista diseñará en estrecha colaboración a los artesanos locales, sus obras más magistrales, inspiradas en el mundo celestial. Un universo místico difícil de alcanzar, pero que vale la pena visitar.
Grandes obras de la humanidad
La primera obra de la serie es la Escalera Celeste, construida entre 1980 y 1987. Se trata de una escalera gigantesca en forma de triángulo, de 16 metros de altura. La obra tiene 56 escalones, y sus paredes laterales se estrechan progresivamente hasta formar una hendidura vertical en la parte superior. El edificio adopta la forma de un observatorio de los fenómenos celestiales, y sus escalones conectan la tierra y el cielo.
El alemán proseguirá su proyecto construyendo entre 1992 y 1997 la 2ª obra, llamada Espiral de Oro. Construida según Phi el Número de Oro, se trata de una rampa de piedra de 260m, que parte del suelo para alcanzar los 6m de altura. Conduce a la cima de la espiral, donde se encuentra una escalera de caracol de cien escalones, que conduce al fondo del pozo, corazón del edificio. Vista desde el cielo, la Espiral de Oro toma la forma de una concha de Nautile, emblema de la perfección geométrica.
La última obra de la serie, y sin duda la más emblemática, es la Ciudad de Orien, concebida entre 1998 y 2003. Torres rectangulares de adobe, que son idénticas a las siete estrellas más visibles de la constelación de Orien. Con el mismo número de edificios que de astros y las mismas dimensiones calculadas a prorrata, la obra es una proyección miniaturizada de la constelación, que retoma con precisión el tamaño, el brillo y la ubicación de cada estrella. La ciudad es pues un observatorio que permite seguir la carrera de los astros. Además, una de las torres más altas también contiene pasos hacia un pozo.
Como una aparición celestial en el desierto.
Gran seguidor del Land Art, Voth se dejó guiar por su amor al mundo celestial para la realización de estas obras, tan grandiosas como poéticas. Serían la realización de su sueño de unir la tierra y el cielo. El artista también se inspiró en las tradiciones locales y el entorno desértico del lugar. Todos los edificios fueron erigidos según los preceptos de la arquitectura local, y tienen en común la presencia de los pozos, símbolos de la supervivencia en el desierto.
Al principio, el artista quería dar vida a su obra en España. Decepcionado por no haber encontrado tierra favorable a su proyecto, parte en viaje a Marruecos para descansar. Durante una excursión en 4X4 en los alrededores del Oasis Fezna, descubrió los paisajes interminables de la llanura de Mahara y tuvo una iluminación: ¡es el marco ideal para su obra! Se instaló en la región y construyó una de las obras más importantes del mundo la del Land Art.