Si hay un recorrido que le permitirá descubrir los tesoros de la región en profundidad, es sin duda la ruta de las mil kasbahs. De Ouarzazate a Erfoud, pasando por Tinghir, el viaje por carretera permite acceder a una multitud de kasbahs de todas las épocas y de todo tipo, situadas entre valles y montañas. Maravillas arquitectónicas cargadas de historia, que le llevarán a un inolvidable viaje en el tiempo, con un contraste de paisajes y experiencias sin igual.
Antes de iniciar el viaje por carretera, sería conveniente visitar el valle de Ounila, situado a 60 km al norte de Ouarzazate. Sus verdes mesetas albergan varias kasbahs que dan una idea de la aventura que le espera. La ruta pasa por el majestuoso Ksar Ait Ben Haddou, así como por la Kasbah Talmesla, conocida como la Kasbah de las cigüeñas.
Sutil Alquimia de Curiosidades Naturales y de Edificios Centenarios
El punto de partida de la aventura es la resplandeciente Ouarzazate, que alberga en su centro la mítica Kasbah de Taourirt. Desde allí, se dirigirá a Skoura, un sublime palmeral conocido también por la Kasbah de Amerhidil, construida en el siglo XVII. Allí también tendrá la oportunidad de visitar la Kasbah Ait Moho y el mausoleo de Sidi Aissa.
Desde Skoura, la sinuosa carretera serpentea por Assif M’goun hasta Kelaat M’Gouna. En medio del Valle de las Rosas, los senderos le llevarán a la pintoresca Kasbah Mirna, que se alza sobre un peñasco. Podrá continuar la excursión a Imi n’Ouaka y Bou Taghrar, que albergan un gran número de kasbahs en medio de un paisaje mágico.
Pasando por la Kasbah de Ait Kassi, la carretera continúa hacia Boumalne-Dadès, donde se encuentra la Kasbah de Ait Ouzza, la más vertiginosa de la región con nada menos que 18 m de altura. A continuación, atraviese las gargantas del Dades hasta llegar a Msemrir, pasando por varios Ksours, entre ellos el que alberga la sublime Kasbah de Imdiazen.
A continuación, el viaje por carretera recorre un paisaje lunar, deteniéndose en Ksar Imider y sus siete kasbahs, antes de llegar a Tinghir. Después de visitar la Kasbah de Glaoui y la mezquita de Ikelane, sin duda hará una excursión a las emblemáticas Gargantas del Todgha. A continuación, descubrirá multitud de maravillas arquitectónicas, como la Kasbah de Ali Dani y el mausoleo de Moulay Mohamed en Ait Zilal, la Zaouia de Assoul, la Kasbah de Ifri o el Ksar de Tamtatoucht.
El viaje continúa hacia el este a través del oasis de Ferkla, donde se encuentra el famoso Ksar El Khorbat. No olvide detenerse en Goulmima para admirar la Kasbah de Ait Yahia u Othmane, la mayor Kasbah de la región, parte de la cual sigue habitada. De Tinejdad a Erfoud, varios ksours acompañan la carretera, como Touroug y Achouria, ambos restaurados a su estado original.
La última gran etapa de la epopeya es Erfoud, al norte de la cual se encuentran los Ksours de Jrana y, sobre todo, El Maadid, considerado el mayor complejo arquitectónico de adobe de toda la región.
Una vez allí, habrá recorrido no menos de 400 km, sin contar los desvíos. El viaje por carretera dura varios días, durante los cuales se puede optar por las noches en casas privadas, para una mejor inmersión.
La exploración de las Kasbahs no se detiene en este punto. En efecto, es posible continuar el viaje por carretera a lo largo del valle del Drâa hasta el sur del macizo de Jbel Saghro. La ruta Rissani – Taznakht es ciertamente menos conocida que el eje Ouarzazate – Erfoud, pero es igual de rica en lugares que combinan arquitectura y geología, en medio de paisajes impresionantes.