En la época del comercio transahariano, Tamegroute, no lejos de Zagora, era una parada esencial para las caravanas. Esta pequeña ciudad rebosante de actividad vio instalarse en el siglo XVI, junto a los comerciantes y caravaneros, una “zauïa”, rama prestigiosa del sufismo marroquí en el "país" de la Draa. Más tarde se convertirá en la Zauïa Naciria, una Tariqa entre muchas otras, y desempeñará un papel de vanguardia en el campo del conocimiento, gracias a su biblioteca, además de su misión religiosa y social. En definitiva, un vehículo de fe y conocimiento y un lugar de orientación.
La Zaouïa Naciria de Tamegroute es hoy un patrimonio cultural nacional, un lugar de meditación y un monumento que conserva tesoros históricos.
El Padre fundador
La zaouia Naciria Jaafariya Zainabiya Chadiliya tiene sus raíces en 1575, cuando el jeque Abou Hafs Omar Ben Ahmed Al Ansari, uno de los notables y místicos de la Draa, se instaló en Tamegroute, un foco de mezcla humana, y fundó una zaouia para difundir los valores espirituales, a través de su Tariqa sufí basada en la Sunna. Un siglo más tarde, el visionario con una fe generosa, el Cheikh Sidi M’hammad Ben Nacer, hará de la Zaouia un gran centro de cultura sufí, con una gran biblioteca. Su influencia se extenderá al resto de Marruecos y más allá a los países de Sudán.
A partir de ahora será conocida con el nombre de Zaouïa Naciria, y gozará de una gran influencia espiritual, socioeconómica y política.
La tumba del emblemático Cheikh se encuentra cerca de la puerta de entrada de la zaouia, en el mausoleo conocido como el jardín de los Cheikhs, en homenaje a la memoria de los grandes sufíes que tejieron la historia de la prestigiosa Tariqa.
La biblioteca, un tesoro inestimable a las puertas del desierto
La Zaouia cuenta con una biblioteca de manuscritos y ocupa un lugar privilegiado entre las más ricas de Marruecos y del mundo islámico. Fundada por Al Imam Abou Al Abbass Ahmed Naciri, reforzará el papel de la cofradía como centro espiritual radiante en el que convergerán eruditos, ulemas y tolbas en busca de conocimiento, atraídos por las colecciones de libros, pergaminos y preciosos manuscritos que allí se reúnen.
Rica con 4000 libros aproximadamente, esta prestigiosa biblioteca alberga actualmente obras profanas de teología, historia, ciencia y medicina de todas las regiones de Marruecos, Andalucía y Oriente Medio (Medina, Estambul, El Cairo, …).
Entre los miles de manuscritos conservados, encontramos también coranes iluminados y tratados de matemáticas, astrología, astronomía y farmacopea, así como una copia del Corán de hace trescientos años, una obra de Pitágoras en árabe de hace 500 años y manuscritos de los grandes eruditos musulmanes Ibn Sina, Ibn Rochd y Al Khawarizmi.
La mayoría de los manuscritos de esta época estaban caligrafiados con pluma de caña, mancha de nogal, azafrán, henna u oro, sobre pergaminos de piel de gacela. El manuscrito más antiguo conservado en la biblioteca de la Zauïa Naciria data del siglo XI. Se trata del manuscrito Al-Muwatta del Imam Malik Ibn Anas, escrito en 1063.