En el cruce de caminos, la provincia de Ouarzazate se asienta sabiamente en el largo corredor entre el Anti y el Alto Atlas. En medio de estos macizos rocosos y mesetas, los uadis han esculpido espectacularmente valles por los que es bueno pasear. Relieves pedregosos y silenciosos de austera belleza, salpicados de espléndidos oasis sombreando los kasbahs y Ksour. La Provincia es también la guardiana enigmática que vigila celosamente tesoros inmateriales de excepción. Una cultura auténtica y una arquitectura secular poco común, que se mezclan con la naturaleza para crear un ambiente único. Una alquimia que seduce al mundo entero, y que ha atraído la atención del cine desde los años 60.
A veinte kilómetros al norte de Ouarzazate, el reluciente parque […]
Taznakht es una encrucijada en la que conviven un turismo […]
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