La Familia el Glaoui

La deslumbrante asociación de la familia El Glaoui va a comenzar con el nombramiento, a través de un dahir dictaminado por el sultán Moulay Abderrahmane, de Mohamed Ibibat, con el fin de administrar los Ahl Telouet en 1856, reconociendo así, sus cualidades como líder militar y hombre de defensa. El primer acto del Caíd fue establecerse en Telouet e asentar tanto su Kasbah como su base militar, mirando primero hacia el Sur, y empezar a recaudar en nombre del soberano, un impuesto sobre el zoco y sobre el paso. Tras consolidar su base en las montañas, Mohamed murió en 1886 y le sucedió su hijo Madani. Madani completó la construcción de las fortalezas de Telouet y Taourirt en Ouarzazate, reforzando así su imperio comercial sobre la región del Draa.

Sin embargo, la verdadera ascensión de los Glaoui se remonta al paso del sultán Moulay Al Hassan en 1893 por el puerto del Telouet, a su regreso de una expedición en el Tafilalet, impedido de continuar su ruta hacia Marrakech a causa de una tormenta de nieve. El soberano fue recibido magníficamente por Madani, que le proporcionó todos los medios para completar su harka (expedición). En señal de agradecimiento, el sultán le nombró Khalifa de todo el sur (Todgha, Tafilalet y Feija) y le confió armas modernas y un cañón Krupp (que aún se encuentra colgado en el patio de la Kasbah de Taourirt, en Ouarzazate) que debían ser devueltos una vez despejados los pasos. Sin embargo, seis meses después, el sultán murió y las armas nunca fueron devueltas al majzén.

Este moderno armamento cambiará el equilibrio de poder y permitirá a Madani, como señor de la guerra, realizar incursiones y operaciones de saqueo contra sus oponentes a su antojo, reforzando así su dominio en el Sur. A continuación, se dirigió al Haouz y a su capital, Marrakech.

A través de un juego de alianzas y de reagrupamientos, Madani conseguirá abrirse camino dentro del aparato del Makkhzen en Marrakech convirtiéndose en jefe del ejército cherifiano en 1907 y en Gran Visir en 1909, y ello en un contexto marcado por la inestabilidad política y la competencia entre los grandes caídes del Atlas y el apoyo incondicional de los partidarios del Protectorado como El Mtouggui, El Goundafi, El Layyadi, El Glaoui, …

Este auge de los señores de la guerra hay que enmarcarlo en el contexto de la fragilidad tribal y la desestabilización de la región de La Meca como consecuencia de la penetración francesa, de ahí la aparición del Sistema Caidal, que fue utilizado por el Protectorado para facilitar la ocupación del territorio a través de la «Política de los Grandes Caídes» puesta en marcha por Lyautey, el primer Residente General francés en Marruecos.

La otra gran figura de esta familia es Haj Thami El Glaoui (1878 – 1956) hermano de Madani. Tras haber intrigado y haberse puesto del lado de los franceses durante la firma del Protectorado en 1912 y la ocupación del país, y haber conspirado posteriormente contra la monarquía, participando en el golpe de fuerza del 20 de agosto de 1953 que condujo al exilio del sultán Sidi Mohamed Ben Youssef, Thami El Glaoui fue ampliamente recompensado por su colaboración al ser reconfirmado como pachá de Marrakech en 1912, tras una desgracia hafidiana, cargo que ocupó hasta la independencia de Marruecos. El pachá se benefició de este hecho y, durante casi medio siglo, de múltiples privilegios y ventajas derivadas de su poder, hasta el punto de convertirse en una

potencia financiera y acumular una gran fortuna compuesta por bienes muebles e inmuebles y rentas de todo tipo, adquisiciones y beneficios resultantes, en la mayoría de los casos, de operaciones de confiscación, extracciones y prácticas subterráneas que llegan hasta el acaparamiento del agua de riego, especialmente en determinadas cuencas de los Oued, que fluyen desde el Alto Atlas hasta el Haouz.

Al pachá también le fascinaban los europeos y los americanos, y solía mimar a sus invitados con grandes banquetes y regalos caros. Deshonrado por su colaboración con el Protectorado, se apresuró a pedir el perdón al sultán Sidi Mohammed a su regreso del exilio. Indultado, El Glaoui murió poco después en la Kasbah de Telouet, el 23 de enero de 1956.